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domingo, 19 de agosto de 2012

Los Presos También Tuitean


Por: Mercedes Llamas - agosto 19 de 2012

Todo comenzó en diciembre del año pasado cuando empecé a seguir una cuenta de tres presuntos reos. Mi escepticismo me decía que muy probablemente la cuenta no pertenecía a personas que estaban en la cárcel, pero las mismas autoridades se encargaron de poner en evidencia su incapacidad para controlar el uso de teléfonos móviles dentro de los reclusorios, además de que las fotos que publicaron así como el contenido de los tuits corroboraban la corrupción del sistema penitenciario en nuestro país. 

@internoRENO es una cuenta presuntamente de tres reos que se encuentran recluidos en el Reclusorio Preventivo Norte, mediante la cual durante dos meses aproximadamente, denunciaron actos de corrupción por parte de la autoridad, así como fotografías donde se evidenciaba el pago a los custodios, la venta de drogas y la existencia de cabañas (espacios acondicionados para recibir a la visita familiar y conyugal, las cuales tienen un costo para los internos y sus visitas). 

Ante el revuelo social que causó la información que proporcionaban así como el poco control por parte de las autoridades, la Subsecretaría de Sistema Penitenciario del D.F. emitió un boletín titulado “La Subsecretaría del Sistema Penitenciario informa sobre los twitts emitidos por internos del Reclusorio Norte“, en el que se manifestó que se llevaron a cabo diferentes operativos de revisión donde se encontraron un iPod, un aparato de banda ancha para Internet así como una Blackberry. Posteriormente y pese a lo anterior los internos continuaron denunciando extorsiones y malos tratos a través de palabras e imágenes durante algunos días más; lo que comunicaban estaba inmerso en un ambiente mucho más restringido pues comentaban que la vigilancia así como las represalias habían aumentado. 

Ante el sentimiento de angustia que transmitían los internos, sucedió un acontecimiento social inédito, la sociedad se mostraba empática con los presos y les proporcionaban información acerca de lo que los medios de comunicación decían y de los posibles futuros acontecimientos, para ayudar a los presos a no ser descubiertos. 

A mediados de enero y en un clima de angustia social y penitenciaria, publicaron sus últimos tuits en torno a las acciones que había realizado un comandante de seguridad inculpando a otros internos. La cuenta actualmente tiene 10,208 seguidores. Hace apenas 15 días resurge otra cuenta –@RicardoIII03–, que según su descripción pertenence a la segunda puesta en escena de compañía de teatro de la Penitenciaria del D.F. 

La mayoría de sus tuits van encaminados a difundir su obra teatral, sin embargo, también se denuncian algunas situaciones como las incomodidades que existen para dormir dentro de la cárcel de Santa Martha Acatitla. Los dueños de la cuenta han creado un hashtag denominado #PreguntasParalaPeni en la que mencionan que contestarán las preguntas que se envíen por Twitter desde dicho cento. 

Actualmente, esta cuenta no ha causado mayor revuelo en los medios de comunicación. ¿Cómo se puede explicar que los reos dentro de una cárcel cuenten con aparatos que les permitan la comunicación con el exterior si en el artículo 92 del Reglamento de los Centros de Reclusión del DF, establece que está prohibido ingresar a las instituciones penitenciarias cualquier tipo de equipo de comunicación, computadoras o equipo electrónico de cualquier naturaleza que pudiera poner en riesgo o vulnerar la seguridad de las mismas? La respuesta tiene 10 letras: CORRUPCIÓN. La corrupción está presente desde el momento de ingreso de los internos a la institución carcelaria hasta la vida cotidiana. 

Prácticamente todo se puede obtener con dinero, una celda de lujo; artículos prohibidos como teléfonos móviles, televisores, reproductores de música, DVD’s, teléfonos celulares, refrigeradores; servicios de prostitutas; sustancias prohibidas como alcohol y drogas, entre otros. La corrupción se inmiscuye en cada uno de los rincones del sistema penitenciario, llegando a afectar, no sólo a los internos sino también a los familiares de los mismos. 

Es de dominio popular que los familiares tienen que pagar por visitar a sus familiares, introducir comida y ropa y hasta por tener un espacio para poder estar con sus familiares durante la visita, etc. Con relación a lo anterior, según la encuesta “Delincuencia Marginalidad y Desempeño Institucional, Resultados de la Tercera Encuesta a población en Reclusión en el Distrito Federal y Estado de México”, del CIDE, uno de los motivos por lo que los familiares de los internos no los visitan se debe a que los familiares tienen que pagar cuotas extra oficiales al personal penitenciario. 

Aproximadamente cada visita paga $127.71 con el objeto de: poder ingresar al Centro; para que la autoridad llame a su familiar y lo pueda visitar; para introducir ropa y comida, entre otros. De los internos encuestados, el 44.51% afirmó que sus familias pagan para ser llamados cuando llega su visita; el 60.58% por pasar comida y el 60.12% por introducir ropa. Puede sonar extraño que los familiares ingresen a prisión artículos que el sistema está obligado a proveer a los reos, sin embargo, en México y en general en América Latina, la familia no sólo es quien cumple con dicha obligación, sino que además tienen que pagar para poder hacerlo. Sin embargo, México no es el único país donde hay presos tuiteando. 

En España, la cuenta @AdanZuzu tiene 9,200 seguidores y pertenece a una persona que estuvo dentro de la cárcel durante un año y posteriormente sale pagando una fianza. Sus tuits rayan en lo poético y en la expresión perfecta; a través de 140 caracteres y de fotografías, el autor logra que conozcamos la realidad penitenciaria en España, ya que estando él dentro de prisión compartía pensamientos acerca del trato, relaciones interpersonales y condiciones de internamiento. 

Actualmente, ya estando fuera de la cárcel, su situación se ha convertido en una constante alegría por vivir y disfrutar las cosas pequeñas de la vida pero, con la sombra eterna que implica haber estado en prisión: el estigma, rechazo y etiquetamiento social por ser un ex presidiario. La pena de prisión independientemente de su duración es, –contrario a lo que se piensa–, permanente; trasciende el tiempo y el espacio. A @AdanZuzu aunque estuvo un año en prisión, las consecuencias de dicho castigo lo acompañarán como una sombra, toda la vida. @criminologiamex

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/19-08-2012/8911.

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